domingo, 18 de febrero de 2018

Mi experiencia Invisalign - a true story



Después de un largo camino me he animado a contar mi experiencia con Invisalign (una larga experiencia, por cierto). No os dejéis desanimar por las desventajas...si esto se toma 100% en serio, es muy buena opción.

Cuando empecé el tratamiento era muy consciente que no había elegido ni el más corto ni el más fácil para mí, ya que la situación de la mandíbula inferior era algo complicadilla (dientes del juicio que me estuvieron haciendo presión durante años y dejándome una sonrisa preciosa - nótese la ironía). Pero era la única opción que me había dado a mi misma...una ortodoncia visible o insufrible no cabía en mi vida pasados los 30. Llevo ya unos dos años y medio peleándome con los alineadores y nadie me salva de otro medio año, aún así no me arrepiento nada.

La disciplina es un elemento imprescindible y los alineadores no entienden de viajes, de días complicados o festividades donde te pasas todo el día comiendo. Qué es lo que falló en mi caso de manera reiterada? Las manías higiénicas persecutorias...me explico: después de haber comido o me lavaba los dientes y los alineadores o era incapaz de ponérmelos. Este problemilla he empezado a superarlo en los últimos meses, de no hacerlo el tratamiento se volvería eterno. Una visita muy breve al lavabo para enjuagarse con agua o llevar una botella consigo es la única solución real en el día a día.


La ventaja o desventaja de los alineadores es el comer de manera más “compacta”, es decir, el picoteo  entre horas saldrá de tu vida. O no saldrá y entonces te darás cuenta de que llevas un montón de horas sin los alineadores “ups”. Luego con un poco de suerte ya no te encajan y entonces entra en juego un pequeño trozo de caucho que tendrás que masticar para que la férula vuelva a encajar- bendito trozo de caucho.

Otro de los problemas del tratamiento es el tema de la salivación. Al principio salivas de manera descontrolada y tengo que decir, que aunque mejora, siempre salivarás más de lo normal. Y las mejores noticias: los alineadores acumulan la saliva en ellos y cuando te los quitan pareces un caracol, simplemente genial.

Otro padecimiento normal es el comer cuando tus dientes están en la fase de movimiento. Esta fase suele ser la primera semana de un nuevo alineador ( la segunda semana sirve para retener la posición) y creerme, mejor dejar el bocadillo y coger pan de Sandwich...a veces duele de verdad.

Un miedo casi no afrontable eran las gomitas elásticas, un miedo que de momento se ha quedado en el cajón, por que no las he tenido que llevar. En efecto, este tipo de ortodoncia también hace uso de gomitas infernales tadaaa. En mi caso todos los alineadores llevan como unas muescas allí donde estaba planificado el uso de los elásticos. No he vuelto a preguntar, dejaré que la vida me sorprenda.

En un mes me espera la cita donde se decidirá cuando y cómo empieza la fase final o de “refinement”. A ojos mundanos ni se ve la diferencia en los alineadores o eso tengo entendido.
Cuando me quiten los attachments, a lo cuales les tengo casi cariño y me digan que hemos terminado ni me lo creeré. Pero ojo, el uso nocturno es de por vida...

Si habéis empezado el tratamiento o os lo estáis pensado, os deseo mucha ánimo! Merece la pena, de verdad!


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